¡Bienvenida al blog! Me llamo Lau y soy la fundadora de Corachón. Este espacio es para compartir reflexiones y experiencias se generan a partir de este pequeño negocio y el andar en chones. 

Si abres tu cajón de ropa interior y tomas un calzón o bralette tras otro sin poder elegir con seguridad cuál ponerte, probablemente te hace falta hacer una pequeña limpieza. 

Lo sé, a veces es difícil despedirse de una prenda, aunque no la uses, casi por miedo a perderse de algo (que claro, esto está en nuestra imaginación porque en realidad esa prenda solo usa espacio, pero no aporta más a tu día a día). 

Como todo en la vida, hay que darse cuenta de que las situaciones, cosas o personas a las que le dices “sí”, pero en realidad le quieres decir “no”. Porque termina tomando el espacio de aquello a lo que realmente le queremos decir “Sí" con todo el corazón. Y tú ni cuenta te das.

Así que saca el café, té, vinito, botantita o lo que tú gustes, pon tus canciones favoritas del momento y ten a la mano esta guía, porque vamos a disfrutar juntas el proceso de limpiar ese cajón de chones. ¡Es momento de hacerlo!

Primero lo primero: Saca todo de tu cajón.

Parece obvio el primer paso, pero no lo tomes a la ligera. De hecho, es un proceso que vas a disfrutar si te vuelves consciente de que estás por eliminar de tu vida lo que ya no te aporta y empieza una nueva etapa.

Necesitas quitar de tu cajón todos los chones u otras prendas que has guardado. Me atrevo a adivinar que tiene un rato que no sacas todo y le pasas un trapito a ese cajón, así que empecemos por ahí. Una vez que tu cajón esté limpio y seco, es momento de extender todas tus prendas en la cama o en un lugar espacioso para que puedas tener un panorama general de lo que has guardado.

Dale otro traguito a lo que sea que estés tomando, estira tantito y pasemos al siguiente paso. 

Esto urge: Separa.

Para que veas mejores resultados de este proceso, necesitas ser determinante y pasar a la acción porque es el momento de despedirse de prendas que ya no te sirven. ¡Y aceptarlo!

Te recomiendo que primero separes todo lo que ya tiene que irse. No lo tires todavía, porque nos va a servir para el penúltimo paso. 

Empecemos por lo más urgente: cualquier prenda incómoda se tiene que ir. No tiene caso aferrarse a prendas que no te vas a poner o peor aún, que te vas a poner y arrepentir. Es mejor dejarlas ir, para que lleguen cosas nuevas y mejores. En general, cualquier prenda que tenga meses que no usas no tiene por qué quedarse. 

Igual muy importante: dile adiós a cualquier prenda que no te quede. El cuerpo cambia, el tiempo pasa y las prendas dan de sí con el uso. Seguramente en algún momento aportaron algo a tu closet, pero ya no es así.

No sobra decirlo: hoy es el día que se van esos chones estirados, con hoyos, así como los que te quedabas por culpa u obligación. Acuérdate que estás eliminando lo que ya no suma.

Lo que queda: lo bueno.

Vamos a empezar a doblar todo, pero no bajes la guardia. Es muy probable que se haya escapado algún calzón o bralette que ya no usas o que tiene un apego emocional, si es así, échalo al montón de prendas que se van. 

Ahora sí, con lo que queda: es hora de regresarlas al cajón. A mi me gusta organizar mi cajón por bralettes y chones. Dejo en el fondo los bralettes extendidos, casi uno sobre otro, pero dejando una parte a la vista. 
Primero, porque si se doblan se puede marcar la tela o las copas y segundo, para poder tener un pedacito de todos a la vista. Así, desde que abro mi cajón puedo ver cuáles están ahí y por lo tanto, cuáles son mis opciones para ponerme. 

Respecto a los chones, me gusta organizarlos por cortes, ya que uso un poco de todo. Los acomodo de menor a mayor cobertura, de tal manera que me pregunto qué me quiero poner e inmediatamente ya sé a qué sección del cajón dirigirme. Otra opción que también puede ser útil es acomodarlos por color o por categorías. En fin, el punto es que cuando abras tenga lógica para ti. Haz tuyo ese cajón con tus criterios. 

Si tienes alguna prenda que sea muy delicada, te recomiendo guardarla para delicados.

El punto de esta actividad es, claro, dejar ir ya-sabes-cuáles calzones, pero también ver cómo hacerle para darle más y mejor vida y uso a lo que nos quedemos. 
 

Antes de tirarlos: aprende de ellos.

Ahora es momento de regresar a esos chones que vas a tirar para pensar qué lecciones nos dejan. Si hay algunos que de plano no te gustaron, no queda más que preguntarse por qué, para que esto te sirva de guía en el futuro y no caigas en el mismo error. 

Si te traían un lindo recuerdo, atesóralo y agradécelo, pero deja la prenda ir. 

De los que te encantaban, pero ya piden a gritos que los dejes descansar, puedes hacer una lista en tus notas del celular o cualquier herramienta que utilices para apuntar, de tal manera que sepas exactamente qué le hace falta a tu cajón de chones y a la siguiente que compres ropa interior, puedas consultar esta lista. 

Lo que vendrá: lo mejor 

Por último, si hiciste este ejercicio con disposición a dejar ir lo que ya no aporta, te aseguramos que esos espacios se llenarán de cosas mejores ¡Felicidades!.

Notarás cómo será más fácil elegir tu ropa interior y que incluso, tu cajón se mantendrá acomodado por más tiempo, ya que no hay distracciones. 

La lista que hiciste en el paso anterior será una excelente guía para que busques ropa interior nueva. Para empezar una nueva etapa, te motivará tener chones nuevos. Es más, por qué quedarse ahí: este es el mejor momento para apuntar todo lo que ya habías notado que te hacía falta. Si es necesario, agrégalo a la lista. El punto es hacer cada vez mejores compras. 

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¡Espero que te la hayas pasado bien dándole cariño a ese cajón! Gracias por dejarme acompañarte en el proceso. 

¿Tienes algún comentario? ¡Me encantaría leerlo! 

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Un abrazo,

Lau